Alguien dijo alguna
vez que peor que la gente que no sabe hacia dónde va es la gente que se olvida
de dónde viene. Tal vez por eso, o porque con el paso de los años uno se va
dando cuenta de que al final siempre acabamos apreciando lo que perdemos, nació
la idea salvaguardar parte de la memoria colectiva de nuestro pueblo a lo largo
del tiempo.
Hablo por supuesto
del inmenso y valioso patrimonio inmaterial que poseemos hecho a base palabras
y expresiones que hacen tan peculiar y distintiva el habla de nuestra localidad.
Quizá para alguno se trata de un habla repelente, desacertada e incluso imperfecta,
pero también es cierto que en muchas ocasiones, la belleza de una persona reside precisamente en esa
virtud de mostrarse imperfecta y sin ninguna pretensión de ser lo que no es.
Además, parece que de
un tiempo a esta parte la globalización prolifera a pasos agigantados
llevándose por delante y para siempre tradiciones, costumbres y sobre todo la
memoria de un tiempo no tan lejano.
A raíz de todo ello,
puse en marcha (con la ayuda de varias personas más), la recopilación de expresiones
y palabras de nuestra localidad; tanto las propias como las más usadas. El
lector debe saber que gran parte de éstas pertenecen a las aportaciones de
decenas y decenas de personas (al César lo que es del César).
Además soy consciente
de que para algunos no estarán todas las que son y para otros no serán todas
las que están, y tal vez es cierto, pero lo que sí está claro es que todo esto
se ha formulado con la mejor intención del mundo y sobre todo de forma libre y espontánea,
dejando a un lado la ortodoxia y rigurosidad plena.
Soy
torrejoncillano y me siento orgulloso ello y admiro la espontaneidad de quien
habla sin tapujos ni medias tintas, incluso a sabiendas que lejos de aquí le
señalarán a veces de cateto, inculto y lugareño. Sin embargo y a pesar de que
muchos se empeñen en subestimar este tipo de habla, es un gusto comprobar que
hoy en día siguen usándose todas estas palabras por las calles de nuestra
localidad, y esperemos que por muchos más años porque, digan lo que digan,
ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
(Prólogo para la revista "El Telar". Verano de 2015)
Manuel Jesús Torres Canalo
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